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jueves, 24 de julio de 2014

¿Pudo un masconato pertenecer a la E Street Band?

Resulta casi inverosímil, pero hay motivos para pensarlo. La prueba ha salido a la luz hace muy poco, y aunque no resulta definitiva, resulta razonable considerarlo. El caso ocupa no sólo a un Masconato (Angel Hill), sino a otros importantes músicos isleños: los primos House (Vejeran y Morrales). Aunque la calidad de la fotografía en la que se basa la argumentación es escasa, hay quien identifica claramente a estos músicos en plena interacción con el Boss y con el fallecido Clarence Clemmons. Parece que fue, precísamente, el fallecimiento de Clemmons el motivo de que esta nueva banda interrumpiera sus actuaciones. Puestos en contacto con los isleños, éstos han negado su participación en la E Street Band (ver enlace), pero todo ello puede deberse a su modestia y a no querer parecer prepotentes ante otros músicos locales. Tampoco está claro el lugar de la foto, y no podemos, por tanto, confirmar el rumor de que se trate de una finca cercana a La Casería. Por lo tanto, el misterio está planteado y, en absoluto, solucionado.

                                  La foto de la polémica. El misterio está servido.

miércoles, 16 de julio de 2014

¿Qué música escuchan los Masconatos?

Para saber qué tipo de música escuchan los Masconatos pulse sobre esta línea.

¿Qué es la masconatomanía?

La masconatomanía es la denominación del inusitado fenómeno de querer ser un masconato, querer ser amigo de un masconato, presumir de conocer a un masconato, o, simplemente, perseguir a un masconato. Si bien este fenómeno es, en parte, comprensible y razonable, a veces llega a alcanzar tintes psicopatológicos que perturban gravemente el comportamiento habitual de la persona, pues pueden llegar a manifestar rasgos obsesivos y compulsivos, pasando a tomar forma de saliencia o centralidad para explicar el resto de su conducta.

Si bien la masconatomanía tuvo su origen en el propio IES Las Salinas, desde éste se extendió en pocas horas por el barrio de La Ardila; en pocos días alcanzó a San Fernando entero, y a la semana ocupaba ya toda la Bahía (con focos muy floridos en Chiclana). A Australia tardó un mes en llegar, pero no se libraron.

¿Tiene cura la masconatomanía? Difícilmente.  D. Franciso Alonso Fernández, catedrático emérito de Psiquiatría en la Universidad Complutense, en el capítulo Aberraciones sexuales de la décima edición de su obra Fundamentos de la Psiquiatría Actual, lo pone muy claro: “No hay nada que hacer sino asumirlo como una forma de ser anclada en el fondo endotímico vital del sujeto; a pesar de ser un trastorno adquirido resulta del todo improbable que la modificación de conducta o el tratamiento psicofarmacológico sirvan para algo.” Y, más adelante, en las conclusiones del mismo capítulo encontramos una sincera confesión: “No obstante, no todo es negativo. La masconatomanía puede llegar a hacer feliz al paciente que la padece. Sin ir más lejos, yo mismo la he padecido; ni me avergüenza ni me arrepiento de padecerla ya que me ha servido, entre otras cosas, para empezar a revisar el campo de la psicopatología y, posiblemente, añadir un nuevo capítulo sobre trastornos felices y encomiables.”

¿Cómo se manifiesta la masconatomanía? ¿Cuáles son sus primeros síntomas? Se manifiesta de modo agudo y se instala como reacción, primero, y proceso, inmediatamente. Sus síntomas son evidentes aun que no patognómónicos, por lo que habrá que establecer un diagnóstico diferencial con otras situaciones morbosas (como la rabia, el tétanos, la acatisia motora, el vampirismo o la licantropía). Es condición sine qua non que el individuo haya sufrido un contacto (in vivo, in vitro o en imaginación, da igual) con el mundo masconato (de no ser así hay que descartar la masconatomanía y sospechar rabia, tétanos, acatisia motora, vampirismo o licantropía). Suele empezar por la sensación subjetiva de tener que levantarse de donde se está sentado y salir corriendo en pos de algún objeto masconato presente o imaginado en ese momento. Dicho objeto puede ser un componente de la banda Los Masconatos o, simplemente, algún objeto material relacionado con ella. Un caso muy típico es presentado a continuación, descrito por el propio paciente:

            Soy profesor en el IES Las Salinas. Había reunión del claustro y me senté en la última fila porque estaba muy interesado y me gusta hacer las cosas bien. Justo en el instante en que la lectura del acta de la sesión anterior, a cargo del Secretario, alcanzaba el momento más emocionante (la estadística sobre los resultados de la prueba de diagnóstico), noté una extraña sensación en el bajo vientre, por debajo del ombligo. Empezó como un retortijón pero dirigido desde mi barriga hacia mi garganta y hacia mis cuerdas vocales que ya, por entonces, habían tomado el mando de mi organismo. Grité, desaforado, mientras me levantaba de mi asiento y daba unos pasos adelante: “¡Yo! ¡Yo! ¡Yo también! ¡Yo también quiero ser un masconato!” A continuación, y antes de que nadie pudiera detenerme, me abalancé sobre la puerta y salí corriendo, mientras me iba desabrochando la correa del pantalón.  Sin darme cuenta, en pocos segundos, y ante la sorpresa de los conserjes, que vieron como atravesaba medio desnudo el vestíbulo hacia la zona de los servicios, llegué al retrete de la izquierda. Justo a tiempo. Me alivié y caí en la cuenta de lo ocurrido. Reflexioné y deduje que todo se debía a que ese mediodía había tomado en un bar cercano al IES unas tapitas de boquerones en vinagre en compañía de dos de los Masconatos. Sin duda, la emoción de compartir comida con ellos me había superado. Desde entonces padezco la masconatomanía, y no me importa.

Una forma bastante común del padecimiento es la de presumir de conocer a un masconato. Es muy común, y se suele producir en tertulias espontáneas o charlas intrascendentes (en el recreo, en la sala de profesores, en el ascensor…). Se caracteriza porque el paciente, de pronto, da un brusco giro al tema de la conversación que se había establecido, lo que provoca gran desazón y desconcierto entre los presentes. El caso real, presentado a continuación por una testigo, ilustra bastante esta forma del trastorno.

Estábamos un grupo de compañeros (profesores/as) desayunando en el bar, a la hora del recreo. Ocupábamos unas cuantas mesas y las habíamos juntado, como hacemos habitualmente. Habíamos pedido distintos tipos de café (con leche, descafeinado, con leche desnatada, americano…), y distintas tostadas (media, entera, con tomate, con foie…). El tema del día era la goleada de Holanda a España y el choteo que se traían las compañeras con los futboleros. Ante la escasa importancia que las profesoras daban al fracaso de la selección española, de forma inesperada, se levantó de su silla el profesor X (no lo menciono por su nombre para no identificarlo), muy alterado, gritando, apartando el café y las tostadas, y dirigiéndose a todas: ”¿Y vosotras? ¿Y vosotras? ¡No tenéis ni puta idea de fútbol, ni conocéis a ningún masconato! ¡Yo! ¡Yo, sí!” Se alejó corriendo casi a cuatro patas, emitiendo sonidos como de perro, desabrochándose la camisa y descubriendo un torso muy poblado. Todos se apartaban atemorizados a su paso. Lo último que le escuché mientras salía del bar fue “¿Dónde está el Director? ¿Dónde? ¡Que él tampoco! ¡Él tampoco conoce a ninguno!”   El resto ya lo saben todos. Llegó la ambulancia a la vez que el servicio de recogida de animales y lo redujeron en el despacho del Orientador. Va a estar todo el mes de baja, hasta la siguiente luna llena.

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, actualmente, padece masconatomanía un ocho por ciento de la población mundial. Las naciones más afectadas son, por este orden, China (prácticamente el 30% de la población la padece), Australia (50% de afectados), Turquía (40%) y, lógicamente, España (35%). En el caso español, hay tres focos especialmente virulentos: San Fernando (70%), Lepe (90%) y Fernan Núñez (100%, si no contamos al alcalde).



Aparte de los terribles casos anteriormente comentados del IES Las Salinas, se han producido en este centro educativo casos más benignos y felices. Son aquellas personas que, teniendo la oportunidad de haber conocido a los Masconatos, se benefician directamente de su amistad. Estas personas no sólo no sufren, sino que gozan de su masconatomanía, y disfrutan acudiendo a sus conciertos e incluso a sus ensayos. Son los Amigos de los Masconatos. Eso sí, como comentan los propios Masconatos, "podrían traer bocadillos".




Quedan todos invitados a participar de nuestro gozo







Otros músicos opinan sobre los Masconatos

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Sus mejores discos

La crítica especializada no ha dudado en catalogar su disco Javi Road como el mejor, hasta ahora, del grupo. Además, este disco (o LP, como les gusta decir a ellos) está entre los cinco mejores de toda la historia del Rock, según una encuesta entre los catorce y medio mejores críticos de la revista Sal Gorda (versión española de la revista británica Swallowing Stones).

Portada del LP


Ya desde la portada, todo un símbolo y homenaje hacia sus héroes, podemos ver como conciben su música los Masconatos: cada uno va a su aire. Cada uno de los nueve componentes de este supergrupo evoluciona con su voz o con su instrumento hacia el objetivo específico del LP, la competencia musical. Porque ya no hay objetivos mínimos, ahora hay competencias básicas a alcanzar durante el disfrute de los 53 minutos del LP. Música corporativa y música desmembrada. Música con fusas, muchas fusas, música confusa. El LP contiene temas largos (33 minutos y un tercio) y otros más cortos (hay dos que duran 11 segundos). El tema más rockero lleva el recio título de Me encanta Mimosín, mientras que la balada más dulce y romántica es Telavidamortal. Hay un tema de contenido social (Mi amigo el estreptococo) y un instrumental,  Aguanta Pacheco que el tranvía de Chiclana está al caer… o casi, de 11 intensos segundos de duración a base de pito de caña. En este trabajo, los guitarras prescindieron de toda cejilla, el batería toca las palmas mientras sostiene con la boca las baquetas, y el piano eléctrico está desenchufado, todo ello para conseguir un sonido más de garaje, más de taller, más de almacén, más de cola de pescadería. Los cantantes, ellos y ellas, utilizaron pinzas de colgar la ropa para tapar sus fosas nasales y conseguir así voces más rotundas. El trabajo fue catalogado de obra maestra por la parte del alumnado del IES Las Salinas que no logró superar la prueba de diagnóstico. El equipo de Inspección numero treinta y dos del centro educativo, antes de proceder a la escucha del trabajo, solicitó consultar las programaciones del DACE, para descartar incoherencias con los resultados obtenidos. No encontraron nada anormal. No encontraron ni las actas.

De su próximo trabajo sólo conocemos el título y la portada. Promete bastante:






Historia de Los Masconatos

Este grupo de genios se ha venido formando gradualmente. Sus integrantes proceden del afamado conjunto Proyecto Cooper –compuesto por Jerónimo (Jero Nimoy), Pablo (Ángel Hill), Manuel (Manny Ruy) y Enrique (Henry Kelosan)– que reinó y triunfó durante la temporada 2011-12. Antes, al principio de dicha temporada, forman un duo simonygarfunkel Jerónimo y Pablo; se añade, semanas después, el jienense Manuel en plan crosbystillsandnash; a los pocos meses aparece Enrique, y ya está formado el Proyecto.

El Proyecto Cooper

Grupo musical compuesto de forma corporativa aguda, dedicado al soul, el blues y el rock and roll en general. De sonido sucio y, fundamentalmente, confuso, es una de las mejores muestras, si no la muestra perfecta, de lo que un grupo de hombres de talento puede dar de sí mezclando y armonizando notas, escalas y fusas. Los oyentes están advertidos. Pasamos a describir a los componentes del Proyecto.

Ángel Hill.- En la flor de la vida, frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante, y, por supuesto, rectitud y bondad de espíritu. Natural de su tierra salina, esencialmente antiflamenco, anticaribe y antisamba; un sieso, vaya.  Hombre de talento y multi-instrumentista, concibe el Proyecto Cooper como catarsis musical ante una naturaleza urbana occidental, fundamentalmente necia y gelatinosa. No ha conseguido aún, a pesar de sus múltiples escritos a distintas instituciones musicales y  embajadas, lo que es su sueño: que prohíban la música brasileña. Inspirado por rockeros y bluseros clásicos, amigo y colaborador de Bruce Springsteen, reivindica y propone la devoción a las tribulaciones melódicas del gato esteban setentero (ver). Su dominio de la nota Fa es indiscutible cuando da en la tecla.

Jero Nimoy.- Hombre de  talento, poseedor de una voz de diferentes registros, es el cantante y guitarra solista del grupo. Es también el ingeniero  de sonido y el responsable de los ensayos en los diferentes estudios por los que ha pasado el Proyecto. En la flor de la vida, frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante, rectitud y bondad de espíritu lo definen. Amén de paciencia infinita con el cableado y el botoneo (la misma actitud que cables y botones le tributan a él mismo), admira los compases lentos, medios y veloces por igual. Amigo y colaborador de Loquillo, es el alma popera, rockera y pomacarni del Proyecto, al que concibe como ente ideal para conseguir su deseo de expansión subatómica, bosónica y fermiónica. Su delirio por el sonido fuerte da vida al Proyecto, entusiasmando y arrastrando al resto del grupo en confusa comunión.

Manny Ruy.- Genio de la vida, polifacético musicalmente y, esencialmente, un tío que no pierde el tiempo. Rápido en el acuerdo, en el acorde y en el recuerdo, es el guitarrista rítmico ideal, capaz de silbar,  cantar y dar vida a cualquier melodía provenga de dónde provenga. Natural de su tierra oliva, en la flor de la vida, frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante, rectitud y bondad de espíritu. Guitarra acústica de timbres tan delicados como contundentes, rellena, amasa y, por supuesto, confunde –que de eso se trata en el Proyecto Cooper– el sonido final del grupo. Hombre de talento, siendo miembro del grupo con sillón propio, usa y abusa del coro al caño y del caño al coro, siendo capaz de emprender individualmente giras en solitario o colaborar con empresas externas similares, como la que muy pronto emprenderá con su amigo y colaborador Joaquín Sabina.

Henry Kelosan.- Multi-instrumentista, cantante y batería del grupo. O empezamos o me voy. Dale caña pepeluí. Consigue que todo suene bien al no escucharse nada más que la batería. Hombre de talento, poseedor de un sentido del ritmo envidiable, propone aperturas del Proyecto a otros mundos menos rígidos y uniformes que los de Hill, a quien casi convence de que deje de enviar cartas y escritos a la embajada brasileña. Natural de su tierra fenicia, en la flor de la vida, frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante, rectitud y bondad de espíritu. Alma cantora y predicador ante el micrófono, sus dotes gargantiles le impulsan a animar el cotarro y a tirititán tantán. Es amigo y colaborador de los Beach Boys, a quienes suministra antioxidantes. 


Efectivamente, esta historia tiene su continuación en la formación de Los Masconatos. Tras la marcha de Manuel (Manny Ruy), que pudiera ser sólo temporal (siempre que las circunstancias le permitan coincidir con el resto del grupo tiene un puesto en el mismo), se forma en la temporada 2012/13 el grupo, con las incorporaciones de Santi (bajo –hablamos de su instrumento, no de su altura), Jesús (guitarrista académico –no se alarmen: todo tiene arreglo–) y Juanma (guitarrista setentero (setentero de década musical, no de edad propia).

Los Masconatos, al final de la temporada 12/13


        




 Natanael, cansado, coordinando las voces. Jesús, llegando tarde. Testigo de todo, nuestro amigo y colaborador José Gómez Mora.







Con esfuerzo y pizarra, todo se consigue.



Esa temporada obtienen ya sus primeros éxitos y triunfan en la semana cultural correspondiente, integrando su actuación en la afamada obra musical Tres historias y un destino, montada por el excepcional músico Natanael y ayudados en la guitarra alcalaguadaireña por José Antonio (ambos, al colaborar con la formación, obtienen su título de quinto beatle). También cantaron dos alumnas, las dos llamadas Sara. Tras la actuación causa baja temporal por enfermedad, Santi (en cuanto se recupere volverá al grupo).

   “Stand by me”, durante la función “Tres historias y un destino”. José Antonio como quinto beatle.




La gira del verano de 2013 se concentró en tierras conileñas, siendo muy celebrado el concierto que dieron parte de sus componentes en la finca particular de Enrique; al mismo acudieron como invitados una serie de personalidades musicales que pidieron la más absoluta discreción con respecto a su presencia, para no poner nerviosos a otros músicos que les habían pedido su asistencia a sus propias fiestas y conciertos.

Una función en la finca de Enrique                                         Reunión en la finca.       

                                    
Las fotos fueron sacadas por un famoso músico.

La temporada 13/14 se inicia con nuevas incorporaciones, casi todas femeninas: Rosa (guitarrista heavy), Elena (bluesera) y María Angustias (crooner). De vez en cuando, porque también está en otras lides no musicales, ha colaborado José Luis (el Puma) para cantar algo de J.M. Serrat (se le perdona porque lo hace muy bien). Esta temporada viene marcada por la aparición de las primeras reglas de funcionamiento (ver más adelante), por la actuación de la semana cultural y por colaboraciones externas.

 Y llegaron las chicas. Rosa, toda una guitarrista.



              
 
                                      María Angustias y Elena, voces femeninas.  



La semana cultural supuso, nuevamente, no sólo un gran triunfo para el grupo, a pesar de importantes inconvenientes, sino su lanzamiento definitivo e imparable. Se habían ensayado varias piezas cantadas por dos alumnos (Dani y Paola), pero no se pudo contar con Jerónimo (que estaba en aventuras y éxitos cristalinos -ver-). Las jornadas de preparación culminaron en el ensayo general llevado a cabo el día anterior a la gran función. La seria labor del grupo garantizaba una buena acogida del público.

El ensayo general: Dani y Paola en el escenario; los Masconatos en acción.





Por orden: "Mano lenta", "Clase" y "Dar en la tecla".                                           


La actuación en la semana cultural del IES Las Salinas el 25 de abril de 2014 supuso la consagración del grupo, así como  la aparición de la masconatomanía. Nada volvería a ser igual desde entonces.



                                                
 Elena y Paola, dos voces monumentales. 



El día de la actuación faltaron (por problemas familiares) el alumno Dani y María Angustias. Estos obstáculos estuvieron a punto de dar al traste con todo, pero la profesionalidad de los Masconatos se impuso. Tuvo que tomar las riendas voceras Elena (acompañada por la alumna Paola), que no sólo salvó la actuación sino que elevó al conjunto al punto más álgido jamás alcanzado con anterioridad. El triunfo fue apoteósico ya que se desencadenó la masconatomanía, con persecuciones hacia los músicos e invasión de público en el escenario para cantar con/como un masconato. La leche. Tanto es así, que Elena salió corriendo del escenario hacia Chiclana (hasta Enrique y Rosa corrieron en su pos para volver a repetir la actuación, y así calmar al público). El director del IES Las Salinas declaró que “no veía nada parecido desde los Beatles”, lo que cuestionó el entrevistador, que le recordó que no tenía edad para haber visto a los Beatles; la respuesta final del director fue concluyente: “Pues más a mi favor, sopeasotonto… Se nota que no has estudiado en Las Salinas”.  

Los Masconatos estrenaron ese día las camisetas con el logotipo del grupo, aunque tuvieron que ser renovadas todas ellas ya que ninguno se salvó de ser asaltado y desposeído de las mismas. No se ha confirmado que salieran a subasta en una página de internet a los dos días de la actuación y que fueran adquiridas a los pocos minutos por Priscilla, una conocida coleccionista australiana.

La masconatomanía no paraba y tuvo inmediatas consecuencias. De forma sorpresiva aparecen deseos externos de tocar con Los Masconatos: Andrés y Agustín, primero, y Julio, después, todos ellos excelentes músicos de Chiclana, aparecen en los ensayos y piden la colaboración del grupo para la fiesta de graduación del IES Ciudad de Hércules (en el Teatro Moderno). Se ensayan algunos temas y, cuando todo estaba ultimado, la desgracia se ceba en la cantante Elena (baja por enfermedad profesional: la garganta se ha quejado) y hay que abandonar el proyecto. Esta colaboración, que iba a denominarse Hércules contra los masconatos, queda aplazada.

No fue la única suspensión por esta época: los mismos Rolling Stones actuando en Lisboa tuvieron que acudir a Bruce Springsteen como artista invitado (ver enlace), pues a última hora y por las razones expuestas anteriormente, no se pudo contar con Los Masconatos. Ni que decir tiene que, a pesar de los esfuerzos del bosss, el concierto quedó algo deslucido.




Los Masconatos

Aquí empieza todo. Los Masconatos es el nombre de un grupo de rock y/o pop que se forma en el IES Las Salinas de San Fernando (Cádiz) -ver-. Sus componentes son, fundamentalmente, profesores de este centro educativo, aunque algunos puedan haber cambiado de destino. El objetivo inicial y principal del grupo es ofrecer a sus alumnos una base y apoyo musical instrumental para que puedan cantar en las ocasiones señaladas (semanas culturales, días del patrón, fiestas fin de curso, etc). Como se verá en el apartado de Historia de Los Masconatos, este objetivo, aún manteniéndose, ha sido rebasado con creces debido a la fama adquirida por el grupo.
A la vez que se desarrolla el grupo musical, nace una entidad artística paralela: el Círculo Masconato. Es muy amplia y se divide en distintas secciones, relacionadas todas ellas con algún componente concreto de Los Masconatos. La labor artística del Círculo Masconato no sólo es el pop-rock, sino que se extiende a otros campos musicales y expresivos. Con el tiempo, el Círculo Masconato alcanzará tanta o más notoriedad que el grupo original, entre otras cosas, por la especial dedicación al Círculo de algún masconato original (ver entrada "¿Qué es el Círculo Masconato?").

Lo primero, la palabra MASCONATO

Si bien no se recoge en el DRAE, es una palabra usada hace años en San Fernando (Cádiz) y en algunas otras poblaciones de la Bahía para designar a alguien fundamentalmente tramposo. Un contexto muy singular en el que se usaba esta palabra era el conocido como juego de los bolis (o de las canicas, como se dice en otras zonas). Si en el transcurso del juego alguien hacía trampas, se le llamaba masconato. También se empleaba en otros juegos (la lima, el escondite, las cartas...).



La palabra mascón/a se utiliza en México para designar a alguien egoísta o aprovechado, lo que tiene cierta relación con la nuestra. Parece que en Venezuela un mascón es alguien fanfarrón.  En cuanto al origen, las variaciones o a las vueltas que haya podido dar el término no insistimos ahora más. Nos basta, de momento, reivindicar la palabra, y recuperarla para designar a nuestro grupo musical, ya que éste nace y se forma en San Fernando.